La verdad es que este no es un tema del que me guste
discutir y menos públicamente, pero si es necesario que exista un
pronunciamiento de mi parte en relación a ciertos hechos que acontecieron en mi
vida hace más de una década. Más allá de esto, no tengo ni la más mínima
intención de que esto se haga viral o, de alguna forma, ingrese en la opinión
pública como un tema de interés, por lo mismo que yo no soy ni una persona pública,
ni tampoco tengo la más mínima intención de serlo.
No le daré más vueltas al asunto e iré directo al grano,
y contaré toda la verdad en relación a los hechos que acontecieron antes, durante
y después del incidente de agosto del año 2009 donde fui arrestado, junto a
tres personas más por hacer disparos en una playa de ventanilla, encontrándonos
con banderas y demás parafernalia neonazi.
Corría el año 2005 y había logrado una meta de vida,
había logrado ingresar a la prestigiosa Pontificia Universidad Católica del
Perú a los 17 años de edad;
por esos años, me empecé a interesar en la política, y comencé a explorar ideas
radicales de ambos espectros (izquierda y derecha); al final, empujado por la
fascinación de la mística del nazismo, adopté dicha ideología como propia, es
así que, a los 17 años de edad, inicie mi búsqueda de personas que pensaran
como yo, siendo que, en ese mismo año, a través de internet entro en contacto
con un grupo de ideología neonazi radicado en Lima llamado “Movimiento Nacional
Socialista Despierta Perú”, mejor conocido como MNSDP o “Despierta Perú”,
dirigido por una mujer que utilizaba el pseudónimo de “Ariana”, recuerdo que empecé
a participar de su foro de internet, hasta que decidí contactarlos
presencialmente, fue así como tuve una primera reunión presencial con un hombre
de mediana edad con el pseudónimo de “Arcángel”, y, posteriormente, conocí, en
una segunda reunión, a Ariana. De estas dos primeras reuniones pude notar que,
dentro de esta escena había muchísima desconfianza con las personas nuevas y, que
nadie usaba sus nombres reales.
Después de varios meses desde este primer contacto, ya
era el año 2006 y empecé a participar oficialmente en este grupo neonazi, de la
escena de la extrema derecha peruana de aquellos años puedo decir algunas cosas,
pero lo principal es lo siguiente: (i) El MNSDP no era el único grupo, junto a
él existían, al menos en Lima, unos cuatro grupos más, todos no pasaban de diez
miembros, eran células minúsculas, absolutamente irrelevantes a nivel político
y más aún a nivel de militancia; (ii) Carecían por completo de peligrosidad,
muy a diferencia de sus pares europeos, los grupos neonazis peruanos eran
absolutamente inofensivos, al punto que se podría decir que eran básicamente
grupos de “fans de Hitler”; (iii) Todos eran chicos de 17 a 27 años, en
promedio, de clase media y media alta, completamente desconectados de la
realidad nacional y con muchos complejos personales, me incluyo.
Para el año 2007, las actividades dejaron de ser simples
reuniones, y pasaron a ser de activismo político, en esencia, el MNSDP empezó a
encuadrarse en un discurso homofóbico y de claro tinte conservador, el discurso
fue enfocado contra la comunidad LGTBI y, en concreto, se llevaron a cabo acciones
de propaganda (pegado de afiches en la calle de carteles contra lo que nosotros
llamábamos, en esa época, el “lobby gay”); asimismo, en el MNSDP, propio del
complejo que teníamos, se empezó a exaltar la idea de la “hispanidad” tratando
de encontrar algún vínculo con algo que nos hiciera más “europeos” por decirlo
de alguna manera, a pesar que, dentro del grupo todos éramos mestizos, incluida
Ariana y yo mismo.
Todas esas acciones, como era de esperar, siguieron
siendo absolutamente irrelevantes, salvo una o dos menciones marginales en
algún diario local, no hubo mayor impacto a nivel de militancia o ideas, seguíamos
siendo la minúscula y ridícula célula neonazi de Lima, sin ningún tipo de
futuro.
No es hasta el año 2008, que al grupo llego un muchacho
de aproximadamente 22 años, cuyo nombre mantendré en reserva por respeto a su
familia, pero al que llamaremos para efectos de este pronunciamiento como “Armando”.
Armando venía de otro grupo neonazi peruano llamado “Arma Blanca”, un virulento
grupúsculo de cabezas rapadas limeño perteneciente también a una barra de un
equipo de fútbol local. Desde un primer momento, Armando empezó a azuzar a los miembros
del grupo a que empezáramos a hacer acciones más directas que nos generaran
mayores réditos políticos, fue así que, bajo la batuta de Armando se empezaron
a hacer pintas en algunas universidades, en calles, salíamos a azuzar otras
tribus urbanas en el centro de Lima, en otras palabras, Armando convirtió al MNSDP
en un grupo de “cabezas rapadas” que, sin tener la estética, se comportaba como
tal.
Armando era una persona violenta e impulsiva, recuerdo
cuando nos contaba todo lo que había hecho en “Arma Blanca” y como fue que año tras
año se empezó a volver un tipo más duro y a la vez, respetado y temido, algo
que fascino a todos fue que, Armando era un tipo que siempre andaba armado, el tenía una pistola Taurus calibre 22 mm. con
licencia, eso si. En ese momento el MNSDP comenzó a considerarse, por algunos
medios locales, como un grupo con cierta peligrosidad.
Fue así como llegamos al fatídico año 2009, yo ya había
terminado Estudios Generales Letras en la PUCP, y había ingresado a estudiar a
la Facultad de Ciencias Sociales la carrera de Ciencia Política y Gobierno,
nueva en ese momento; en abril, Armando me comentó que estaba pensando adquirir
un arma de mayor calibre, una Baikal 9 mm para su propia protección y, me
propuso venderme la Taurus 22 mm, indicándome que me enseñaría el manejo del
arma y, guiarme en los trámites en lo que en esos años aun se llamaba DICSCAMEC
(hoy SUCAMEC); en el mes de julio, Armando, dos personas más y quien escribe,
decidimos ir a practicar tiro a un lugar propuesto por él, nos había comentado
que, hace años, había ido allí y que no hubo ningún problema, era una playa en
ventanilla, al costado de la Refinería de La Pampilla.
Recuerdo que fue un domingo, nos encontramos los cuatro
en La Marina con Universitaria, uno de nosotros había llevado las banderas y
otras cosas para hacer “propaganda” del grupo después; también habíamos llevado
un bull de tiro y un pequeño refrigerio. Llegamos al lugar aproximadamente a
las 10 de la mañana, nos posicionamos en la playa, colocamos el bull de tiro mirando
al mar y empezamos la faena, dicho sea de paso, al día siguiente (lunes) yo
tenía mi examen de tiro en la DICSCAMEC para gestionar mi permiso y teníamos
todos los documentos para el traspaso de la pistola Taurus 22 mm.
Después de haber efectuado unos tres o cuatro disparos,
vemos que un patrullero de la Policía Nacional del Perú se acercaba a donde nos encontrábamos e, inmediatamente,
dejamos de hacer lo que estábamos haciendo, Armando se identificó, entrego su
permiso, el oficial de policía verificó y nos dijo que ese era un lugar
prohibido pero que, todo estaba en orden con la documentación y que nos
podíamos ir, no obstante, solicito verificar la mochila de uno de nosotros,
donde, finalmente, encontró las banderas y toda la parafernalia neonazi del
grupo. El oficial, no entendiendo bien que era y asumiendo que éramos parte de algún
grupo terrorista vinculado a Sendero Luminoso o algún grupo similar, ordeno que
nos arrestaran y nos llevaran a la comisaría, el resto ya es historia conocida.
Estuvimos detenidos en Seguridad de Estado del Callao
durante casi 24 horas, como se sabrá, el hecho mismo de ser neonazi no era (ni es) delito, pero aún así la policía entendió que
era necesario investigar, no habiendo encontrado nada, decidió pasarnos a
Fiscalía, la misma que formalizo una acusación contra nosotros por el delito
de peligro común en agravio del Estado.
Mi pesadilla empezó después de la liberación tras el pago
de una caución, ya que los medios de comunicación tergiversaron la
información a tal punto que fuimos presentados como un grupo listo para
cometer algún atentado, incluso el programa “24 horas” de Panamericana Televisión
llegó a decir que nosotros estábamos realizando prácticas de francotirador,
sacaron imágenes de nuestras ridículas reuniones neonazis y todo fue
presentado de tal forma que parecíamos un grupo de desadaptados listos para matar
a alguien.
Pues bien, se nos inició a Armando y a mi (los que manipulamos
el arma) un proceso penal por el delito de peligro común en agravio del
Estado, el mismo que fue llevado por el Primer Juzgado Penal del Poder Judicial
del Callao y que, después de un año, terminó archivándose porque se demostró
que nosotros no habíamos tenido ninguna intencionalidad de hacerle daño a nadie
ni a la propiedad pública o privada, para muestra de ello, comparto dos fragmentos
de la Resolución que declara el auto de sobreseimiento (archivamiento definitivo):
A pesar que esto no me dejo antecedentes de ningún tipo. Estos
hechos, sin duda, afectaron gravemente no solo mi imagen, sino mi vida
personal, tuve que descontinuar mis estudios en la PUCP por muchos años, estuve
bajo el miedo de que alguna persona me pudiera hacer daño, viví acosado por la
prensa, entre otras situaciones que llevaron a que mi vida se volviera complicada.
No obstante, poco a poco fuí reconstruyendo mi vida, habiendo
pasado más de una década, hace unos años volví a la PUCP, pero cambiándome a la
carrera de Derecho, pero no prospere en dicha universidad, no solo por el
estigma del pasado, sino por situaciones personales que, finalmente, llevaron a
que me traslade a la Universidad de San Martín de Porres donde finalmente estoy
concluyendo la carrera.
De lo que pasó y de lo que yo tenía en la cabeza hace más
de 10 años, me arrepiento totalmente, me
arrepiento de haber tomado la decisión que tomé en algún momento de mi
adolescencia, de haber desperdiciado tantos años de mi temprana juventud en
algo tan nefasto y que hasta ahora me pasa factura, me arrepiento de haber
arruinado mi reputación y que de vez en cuando, algún
canalla, como Beto Ortiz, saque este “anticucho” de mi pasado y me siga rotulando
con la detestable etiqueta de neonazi.
Por otro lado, no solo basta decir que me arrepiento, se
perfectamente que soy alguien con defectos, pero trato de superarlos día a día,
en estos últimos años, sobre todo meses, he estado en conflicto con algunas
personas de mi pasado, si bien siguen estando dentro de ese nefasto submundo, solo
me queda pedirles disculpas por los agravios o desavenencias que haya tenido
con ellos, y espero que se den cuenta algún día que esas ideas que hoy camuflan
con otras banderas, no los va a llevar a nada, y que el odio y la reacción solo
es un síntoma de un problema mental que deben superar, pero el primer paso es
darse cuenta de ello.
Asimismo, quisiera ofrecer mis más sinceras disculpas en
primer lugar, a mi familia, a mis amigos, colegas de trabajo y compañeros de
universidad, y gente que me ama y me conoce bien; ya lo había hecho en persona,
ellos saben esta verdad, la entienden y la comprenden, y solo me queda
agradecerles por su incondicional apoyo, antes y ahora; en segundo lugar, pido
disculpas a todas aquellas personas o grupos de personas que se han sentido
afectadas, ofendidas e indignadas con mis acciones del pasado, con las ideas
que propugne y disemine, es este grupo que, tal vez, ajeno a todo esto, es el
que más sufre, tal vez no tanto por mis estupideces del pasado, sino porque
hasta la fecha son víctimas de la discriminación y el odio, hablo de las
comunidades LGTBI, de las minorías religiosas como la comunidad judía, o de
las grandes mayorías de este país que hasta hoy siguen siendo marginadas del desarrollo;
a todos ellos mis disculpas sinceras.
Finalmente, no quiero seguir alargando este
pronunciamiento; mi única intención es que se sepa mi versión de los hechos y lo
que soy hoy, para que, si en el futuro, algún sicario mediático, pretenda sacar a la luz hechos de hace más de diez
años, las personas no piensen que esto sucedió la semana pasada o hace poco.
Esta es una etapa de mi vida ya superada.